viernes, 23 de febrero de 2018

Jaime Smart ¿otro genocida en libertad?

Smart es un abogado de 82 años que pasa los días tejiendo estrategias y redactando recursos judiciales en su celda de la Unidad 31 de Mujeres “Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás” de Ezeiza. Le sobra el tiempo. Siempre estuvo abocado a combatir la “subversión”: inició en 1968 como fiscal nombrado por Juan Carlos Onganía y cuando fue juez integró la Cámara Federal (el “Camarón”) un tribunal de excepción para juzgar a opositores políticos y militantes. El 24 de marzo de 1976 asumió como ministro de gobierno bonaerense, y en el inicio de la democracia defendió a Albano Arguindegui y al apropiador de los mellizos Reggiardo Tolosa.

Está condenado a prisión perpetua por el Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata por el juicio Circuito Camps en 2012 (por sus andanzas en el centro Puesto Vasco donde mantuvo desaparecido a Jacobo Timerman y las víctimas del caso Graiver), y en 2014 en el juicio por La Cacha. En esas causas (que Casación todavía no dejó firmes) y otras cuatro elevadas a juicio, el tribunal de La Plata le concedió la domiciliaria. Ese es su objetivo: ir a vivir con su mujer Sylvia Walker en su departamento de la calle Libertad al 1642 de la capital.

Esta semana se conoció un fallo de la Sala III de la Cámara de Casación Penal que le dio una mano: los jueces Juan Carlos Gemignani, Eduardo Riggi y Angela Ledesma le rechazaron un recurso extraordinario al fiscal Javier de Luca, y dejó firme la decisión de los camaristas: apartar al juez de instrucción de La Plata, Ernesto Kreplak, de los expediente en los que esté imputado Smart y anular todo lo actuado, es decir, la indagatoria.

“El apartamiento del juez Kreplak estuvo desde el principio orientado a conseguir la nulidad de todo lo actuado”, se quejó De Luca en el recurso rechazado. Y explicó que el motivo del apartamiento no fue en reclamo de un juez imparcial sino que buscó la nulidad para “provocar demoras injustificadas”. Ahora, un nuevo juez deberá volver a indagar a Smart.

Pero esa resolución de la Sala III incluye un ítem clave: ordena la “inmediata liberación” del ex ministro de gobierno. Ahí está el punto de inicio: el pedido original de Smart a la Casación era una acusación a Kreplak de “imparcialidad” porque no le otorgaba la domiciliaria.

Tras el rechazo, de Luca tuvo que ir en queja a la Corte Suprema. Se sabe: el máximo tribunal no tiene plazos y puede no considerar el tema ni dar explicaciones gracias el artículo 280. Todos creen que ese será el destino del expediente y el beneficio será íntegro para el abogado. Entre bueyes no hay cornadas.

Casación se expidió en la causa que investiga los delitos cometidos en la Comisaría 8° de La Plata, que fue uno de los extremos de la red de centros clandestinos del Circuito Camps: allí se decidía si los desaparecidos eran blanqueados en una cárcel o desaparecían. Pero la decisión ordena que también se aplique “en todas aquellas causas que previno e interviene con relación a Jaime Lamont Smart"., ¿otro 

Es decir que en la práctica, aplica también en la causa por el centro que funcionó en los cuerpos de Caballería e Infantería de la Policía Bonaerense (conocida como causa “1 y 60”). En ese expediente fue indagado en 2013 por el fallecido Juez Manuel Blanco y en 2015 el subrogante Laureano Duran la elevó a juicio. El fallo está en proceso de apelación y todo indicaría que seguirá el mismo camino hasta abrirle a Smart las puertas de la Unidad N°31.

martes, 20 de febrero de 2018

Nuevo escrache en Mar del Plata a Miguel Osvaldo Etchecolatz, esta vez, organizado por La Poderosa

 Para recordarle al represor que sigue preso

La organización de reivindicación villera convocó al escrache como cierre de un encuentro que reunió en Tandil a 79 asambleas de todo el país. “Nosotros lo metimos preso con nuestra lucha, no hay que olvidarse nunca de eso”, dijo Nora Cortiñas sobre el represor.
Por Carlos Rodríguez

Una de las principales consignas de la jornada decía: “En Mar del Plata hay un lugar y ese es la cárcel, es la cárcel de Batán”.

Desde Mar del Plata

La prisión domiciliaria del comisario genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz, aunque está muy lejos de la gris realidad de una celda en una cárcel común, de ninguna manera es un jardín de rosas. Ayer, al cerrar la cuarta manifestación en contra de la estadía de Etchecolatz en su casa del Parque Peralta Ramos de esta ciudad, Nora Cortiñas, de Madres Línea Fundadora le recordó al condenado por crímenes de lesa humanidad: “Este genocida está preso, por más que lo hayan beneficiado la Justicia, y está preso porque nosotros lo metimos preso con nuestra lucha, no hay que olvidarse nunca de eso”. El escrache, esta vez, fue organizado por la organización de reivindicación villera La Poderosa, cuyo referente nacional, Nacho Levy, al abrir el acto realizado a metros de la casa donde Etchecolatz fue oyente de lujo, resaltó que la actividad fue programada como cierre de  un encuentro que reunió en Tandil a 79 asambleas de todo el país y que terminó con la decisión de “hacer el cierre en este lugar, porque Julio López no pudo venir”, en alusión a la desaparición, hace 12 años, de uno de los principales testigos contra el comisario condenado. 

Varios centenares de personas cruzaron el Parque Peralta Ramos, con banderas blancas y remeras rojas con el emblema de La Poderosa. Una de las principales consignas escuchadas durante una jornada que comenzó por la mañana y se extendió durante casi siete horas, decía: “En Mar del Plata hay un lugar y ese es la cárcel, es la cárcel de Batán”. Nora Cortiñas, desde el escenario, completó la idea y el sentido de la consigna: “Batán es un lugar horrible, lleno de ratas y de cucarachas, no es un lugar para alojar a los que hicieron un robo menor, es para genocidas como Etchecolatz”. 

La actividad comenzó cerca de las 11 con un torneo de fútbol en el que se entregó el premio “Chicha Mariani”, en homenaje a la abuela de Plaza de Mayo. Todos los oradores señalaron que otro de los objetivos del encuentro fue el de “seguir luchando por la aparición de Clara Anahí”, la nieta de Chicha “que fue una de las tantas víctimas de Etchecolatz, junto con Julio López”. La concentración comenzó en la entrada a Peralta Ramos por a calle Don Arturo, siguió por Los Chañares, por Las Margaritas y por el Boulevard Nuevo Bosque, donde se había montado el escenario a pocos metros de la casa donde está alojado el comisario Etchecolatz. 

Esta fue la cuarta manifestación en contra de la libertad domiciliaria del genocida que fue mano derecha del jefe de la Policía Bonaerense Ramón Camps durante la última dictadura militar. La primera fue un escrache que se hizo a principios de enero, luego hubo una “visita” de los vecinos de Etchecolatz que también repudian su presencia en el barrio. Una vecina le dijo a PáginaI12: “Nosotros nos vinimos a vivir acá porque es un barrio sin alambradas, sin rejas de seguridad, pero desde que está este señor hay gente armada que lo custodia todo el tiempo y este barrio, lamentablemente, ya no es un lugar seguro para los que no queremos tener relación con este tipo de personas”. 

La tercera manifestación fue presentada como una “jornada cultural” en la que se escucharon temas musicales como la cumbia “Rata de dos patas” o el bolero cubano “Me cago en ti”, que según los organizadores eran temas elegidos “sin segundas intenciones”. El cuarto fue la marcha y el acto de ayer, a todo volumen. La lista de oradores fue abierta por Nacho Levy, quien señaló que muchos de los 1200 delegados que participaron en el foto de La Poderosa, “están aquí casi sin dormir durante varios días, para seguir reclamando la aparición de Clara Anahí Mariani y Julio López”. El referente de La Poderosa recordó que “la impunidad no sólo pasa por Etchecolatz, sino también por el policía Luis Chocobar, por los prefectos que no hicieron nada para evitar la muerte de Kevin (Molina)”, quien murió al ser alcanzado por una bala cuando estaba debajo de la mesa de su casa en el barrio Zavaleta, el 13 de septiembre de 2013, para tratar de guarecerse de un tiroteo entre dos grupos que las fuerzas de seguridad asentadas en la zona jamás hicieron nada para ponerle fin. 

Luego habló Margarita Cruz, ex detenida desaparecida de La Escuelita, en San Miguel de Tucumán, quien señaló que “hoy como ayer tenemos que lugar contra una violencia institucional que no quiere parar y contra la que tenemos que lugar”.  El siguiente orador fue Norberto Liwsky, ex funcionario de la ONU en defensa de los derechos de infancia. En la dictadura, Liwsky fue secuestrado y torturado en la comisaría de Gregorio de Laferrere y su caso es considerado uno de los más dramáticos ocurridos durante el terrorismo de Estado. Otros oradores fueron el ex detenido desaparecidos Carlos Lorkipanidse y Pablo Nahuel, hermano del joven mapuhe Rafael Nahuel, “asesinado por las fuerzas de seguridad”.  

Nora Cortiñas, en el mensaje de cierre, trató de resaltar las luchas populares que llevaron a los juicios orales por delitos de lesa humanidad. Dijo, en ese sentido, que “tenemos que valorar lo que hicimos y seguir trabajando para que no haya más Etchecolatz y Chocobar sueltos, y para que la ministra (Patricia) renuncie de una vez a su cargo, desde el que está felicitando a los que participan en hecho de violencia institucional”. 

Etchecolatz cumple pena de prisión perpetua, fue condenado en 2004, 2006, 2014 y 2016 por distintos casos de secuestros, asesinatos, desapariciones y torturas cometidas cuando era Director de Investigaciones de la Policía Bonaerense y segundo de esa fuerza. A fines del año pasado, consiguió el beneficio de la prisión domiciliaria, que eligió cumplir en Mar del Plata.