Julio César Garachico fue alojado en la cárcel federal de Marcos Paz por los homicidios de Marcelo Bettini, hermano del embajador en España Carlos Bettini, y de Luis Bearzi, en Tolosa.
La justicia federal platense procesó y dictó la prisión preventiva para el ex policía Julio César Garachico por los homicidios de Luis Eduardo Sixto Bearzi y de Marcelo Gabriel José Bettini, hermano del actual embajador argentino en España, Carlos Bettini, cometidos en el barrio de Tolosa el 9 de noviembre de 1976. El detenido era jefe del servicio de calle de la Unidad Regional (UR) La Plata de la Policía de Buenos Aires y según los legajos policiales habría participado del operativo.
Tras el pedido de la Fiscalía Federal de La Plata el titular del juzgado federal Nº3, Arnaldo Corazza, procesó al ex policía Garachico y le dictó la prisión preventiva, por lo que el ex uniformado permanecerá en el complejo penitenciario de Marcos Paz. Además, la justicia le trabó un embargo de 400.000 pesos.
El ex policía había sido arrestado el 9 de abril pasado en Mar del Plata por efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de La Plata. La captura fue informada a través de la cuenta de twitter de la fiscalía (@UnidadDDHHLP), quien reclamaba el procesamiento desde hace cinco años.
Aunque Garachico quedó involucrado por los homicidios de Bettini y Bearzi, la participación del detenido en la represión ilegal ya habían sido señaladas por el testigo desaparecido Jorge Julio López en su declaración en el juicio que condenó al ex comisario Miguel Osvaldo Etchecolatz.
“El día uno (de estadía en el campo de Arana) nos saca Etchecolatz con el grupo de picaneadores, grupo en el que reconozco a algunos, como Garachico, Urcola, Aguiar”, disparó López el 28 de junio ante el Tribunal Oral Federal Nº1 en el debate realizado en el salón dorado de la Municipalidad.
También uno de los imputados en el juicio por el Circuito Camps lo señaló. El 27 de diciembre pasado, el ex policía Carlos “El Oso” García dijo que Garachico pertenecía a la “patota” del titular de la Unidad Regional de Policía, el comisario Juan Fiorillo.
El nombre del ex policía también fue mencionado por testigos en los Juicios por la Verdad de La Plata, donde la ex mujer de su subordinado, Tomás Rotella, aseguró que su esposo junto con Garachico y Manuel Aguiar tenían relación con Etchecolatz.
También habría participado en el operativo del ataque a la casa Mariani Teruggi en noviembre de 1976, e investigaciones periodísticas lo sindican como encargado de liberar zonas antes del golpe de estado para permitir el accionar del grupo parapolicial CNU.
Con el retorno de la democracia el ex policía se instaló en Puerto Madryn, donde llegó a gerenciar el casino. Vivió en el sur hasta que, tras la declaración de López algunos vecinos de Puerto Madryn lo reconocieron, por lo que se mudó a Mar del Plata, donde vivió hasta que su detención.
Hasta su procesamiento por los homicidios de Bettini y Bearzi, Garachico no había sido citado por la justicia, ni siquiera, para declarar como testigo.
La causa. El ex policía quedó procesado en la causa Bettini Bearzi luego de que la Sala III de la Cámara Federal de La Plata confirmara los procesamientos de Jaime Lamont Smart, Miguel Osvaldo Etchecolatz y Eduardo Gargano. En ese fallo el tribunal sostuvo que la muerte de Bettini, quien ingirió una pastilla de cianuro, constituye un crimen de lesa humanidad y encuadra en la figura de homicidio.
El hecho ocurrió el mediodía del 9 de noviembre de 1976 en 4 bis, entre 528 y 530 de Tolosa, donde Bettini, de 19 años, y Luis Eduardo Sixto Bearzi habían concurrido a una cita. Sin embargo, cuando llegaron los estaba esperando la Policía Bonaerense. Bearzi fue ultimado a disparos y Bettini tomó el veneno antes de ser detenido.
“Bettini actuó coaccionado como consecuencia de los medios violentos -e ilegales- desplegados por parte de las fuerzas represivas durante el operativo, quedando su intervención circunscripta a decidir entre el suicidio o a ser, muy presumiblemente, detenido por la Policía provincial e ingresado al circuito represivo que se encontraba activo en la época", señalaron los jueces en el fallo.
También dijeron: "la decisión de suicidarse fue realizada con una proporcionalidad ajustada al estado de necesidad justificante, ya que con ella no solo buscó evitar padecer tormentos físicos y psíquicos, sino también ser instado a delatar a terceras personas, las cuales eventualmente podían ser aprehendidas e ingresadas al mismo circuito represivo para ser torturadas y muy factiblemente, asesinadas como lo sería él".
Desde hace tiempo la fiscalía insistía en la detención de Garachico por ese hecho, ya que “en los legajos decía que en el operativo habían participado el COT, que dependía de Etchecolatz, y el servicio de calle de la Unidad Regional, de la que él era jefe”, señalaron fuentes judiciales.
El homicidio de Marcelo inició una cadena de secuestros en la familia Bettini. Pero aunque los sobrevivientes iniciaron una investigación en un único expediente por todas las víctimas de la familia, el asesinato del hermano del embajador de España fue separada en la causa 29 y el resto de los hechos unificados en la causa por La Cacha, el centro clandestino de detención de Olmos, recientemente elevada a juicio.
Por Pablo Roesler - pabloroesler@gmail.com
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