miércoles, 13 de junio de 2012

Hallaron los cimientos de La Cacha e intentan recuperar el sótano

Las medidas iniciadas en Olmos detectaron las bases y el subsuelo del edificio donde funcionó el centro clandestino de detención. Intentan recuperar la mayor parte posible del edificio destruido a finales de la dictadura.

Una toma aérea de la planta transmisora de Radio Provincia, donde funcionó La Cacha

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) halló los cimientos y realiza excavaciones para dar con el piso del subsuelo del edificio del centro clandestino de detención de la dictadura conocido como La Cacha, que funcionó entre 1977 y 1978 en un predio de Radio Provincia lindero a la cárcel de Olmos, en las afueras de La Plata, el cual fue demolido a finales de la dictadura para borrar todo vestigio de su existencia. El peritaje fue ordenado por el Juzgado Federal Nº1 en el marco de la causa aún en instrucción que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos allí contra presos políticos, y tiene como norte la recuperación del predio como futuro sitio de Memoria.

Los peritos del EAAF comenzaron las excavaciones en los lugares donde los escaneos realizado por los geo-radares de la Gendarmería identificaron los restos del edificio en el que funcionó uno de los campos más emblemático del terrorismo de Estado, que se encontraba ubicado detrás de la Unidad Carcelaria Nº1 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), entre las calles 191, 196, 47 y 52 (vías del ferrocarril Belgrano).

“De la edificación principal el geo-radar muestra los cimientos y el sótano. Intentaremos reconstruir todo eso”, explicó a Diagonales.com Sandra Mañanes, de la Secretaría Nº3 del juzgado, que lleva adelante los peritajes y la causa judicial.

Con esos hallazgos la justicia está orientada a determinar “si se puede reconstruir lo que era el sótano”, explicó la secretaria, donde según los relatos de los sobrevivientes había un enrejado, carreteles de cables y algunas maquinarias, y era el lugar donde eran alojados los detenidos.

“El centro clandestino se destruyó en el año 1981 por orden de (el titular del SPB en la dictadura, coronel) Fernando Guillén y el alcaide mayor Julio Barroso, que era el encargado del Servicio Penitenciario”, explicó Mañanes.

Ese trabajo fue de golpe: “Se hizo de un día para el otro”, detalló. Precisamente, lo impulsivo de aquella decisión dictatorial de borrar de un plumazo cualquier evidencia, aumentó las expectativas puestas en la reconstrucción del sótano, donde eventualmente podrían aparecer otros vestigios del accionar del terrorismo de Estado que hayan quedado sepultados durante tres décadas.

“Encontrar el sótano es muy importante para la memoria, para que el lugar no quede como un lugar de paso del Servicio Penitenciario, y que se constituya como un espacio de memoria”, redondeó la secretaria.

Las pericias se realizan en el marco de la causa 56, un segmento del expediente caratulado “Arias Duval, Alejandro Agustín; Di Pasquale, Jorge Héctor; Romero Pavón, Carlos María y otros s/ homicidio, privación ilegal de la libertad, tormentos y sustracción de menores”, que aún se encuentra en instrucción y no fue elevado a juicio.

El campo de concentración funcionó en un edificio de la emisora provincial que durante la dictadura fue transferida al SPB por un decreto firmado por el gobernador, el general Ibérico Saint Jean, y su ministro de Gobierno Jaime Smart, ambos imputados en el tramo de la causa que ya fue elevada a juicio en marzo pasado.

Tras el traspaso del edificio, el lugar fue destinado para funcionar como centro clandestino, y a diferencia de otros que existieron en la región, no era una dependencia oficial perteneciente a ninguna de las fuerzas que allí actuaron, lo que potenció la ilegalidad de los actos.

Por los testimonios de los sobrevivientes de ese centro, se supo que el nombre “La Cacha” hacía referencia a la bruja Cachavacha, el personaje de Hijitus que tenía “la escoba que barre y borra”, y que “hacía desaparecer gente”. En ese campo de concentración actuaban el Ejército, la Marina, personal penitenciario y personal civil de inteligencia. De hecho, según los testimonios, algunos de los interrogadores eran estudiantes de las Facultades de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata devenidos en “servicios”.

Los canes. Los Antropólogos comenzaron a trabajar “en los distintos puntos del predio donde el geo-radar había detectado movimientos de tierra”, detalló la funcionaria. Esos lugares pertenecían a la División de canes del Servicio Penitenciario Bonaerense, ubicado en el mismo predio lindero a la cárcel, donde detectó restos óseos.

En ese lugar, los penitenciarios “enterraban a los perros”, y como “el geo-radar detectó esos restos”, el tribunal decidió excavar. “Por el funcionamiento del centro clandestino tenemos la idea de que allí no se enterraban personas, pero no se puede descartar cualquier posibilidad”, explicó Mañanes.

En el predio, donde desde el lunes 4 de junio trabajan antropólogos y gendarmes bajo la custodia de la Prefectura, los peritajes también dieron con los cimientos de la base de la antigua antena de Radio Provincia.
Por Pablo Roesler - pabloroesler@gmail.com 

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