lunes, 18 de junio de 2012

“Nos vincularon porque la familia Graiver eran clientes del negocio”

El cambista Julio Daich fue secuestrado y mantenido en cautiverio durante nueve meses por los vínculos comerciales de una casa de cambio con el grupo del empresario David Graiver. Recordó haber visto detenida a Lidia Papaleo. 

Jorge Daich recordó su secuestro vinculado al caso Graiver en el juicio por el Circuito Camps (Foto: Esteban Martirena)

“Yo formé parte del caso Graiver”, dijo el cambista Julio Daich al declarar en el juicio por el Circuito Camps y recordó que fue interrogado en dos oportunidades en el centro clandestino Puesto Vasco sobre Juan Graiver, que era el principal cliente de la casa de cambio de La Plata en la que trabajaba y que señaló como la razón por la que fue vinculado al caso. Uno de los imputados en la causa, Norberto Cozzani, admitió días atrás haber realizado el allanamiento en el comercio e interrogado a la víctima en el centro clandestino. El testigo también contó que vio a Lidia Papaleo de Graiver en el pozo de Banfield, que compartió cautiverio con Isidoro y con el padre del actual canciller argentino, Jacobo Timerman.

“Fui detenido en marzo de 1977 y privado de mi libertad durante 9 meses. Yo era empleado de Cambios Marra S.A y la familia Graiver eran clientes del negocio. A raíz de eso nos vincularon”, recordó Daich en una nueva audiencia del juicio en el que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de La Plata juzga a 24 imputados por crímenes cometidos contra 281 víctimas, entre ellas los miembros de la familia del empresario David Graiver, secuestrados en dictadura poco después de que fueran desapoderados de la empresa Papel Prensa.

Daich contó que fue secuestrado al día siguiente de un allanamiento en la casa de cambios ubicada en 7, entre 46 y 47. Dijo que fue llevado a la comisaría Novena de La Plata junto con el dueño del comercio, Dante Marra, y otros cuatro empleados. Desde esa seccional policial ubicada en pleno centro platense fue trasladado en dos oportunidades a Puesto Vasco para ser interrogado.

“Me llevaron con los ojos vendados. Los interrogatorios también fueron con los ojos vendados”, recordó Daich. Y agregó: “Me preguntaron quién era el mejor cliente y yo les dije Juan Graiver, porque era el presidente del Banco y era un buen cliente”.

En la audiencia del 4 de julio pasado, el ex policía Cozzani además de admitir haber presenciado las sesiones de torturas a las que fue sometida Lidia Papaleo, Isidoro y Juan Graiver, confesó haber encabezado el allanamiento a Cambios Marra S.A y los interrogatorios: “Yo le tomé declaración a Daich en una oficina de Puesto Vasco. No estaba detenido ahí, solo le tomé declaración en ese lugar”, reveló el imputado.

Daich contó que permaneció 60 días incomunicado en la seccional Novena de La Plata y que cinco días antes de ser puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional fue llevado al centro clandestino que funcionó en la Brigada de Investigaciones de Policía de Banfield donde estuvo cinco días sin comer. Allí fue interrogado por Oscar Gallino, quien estaba a cargo del caso Graiver. En ese lugar también vio a Lidia Papaleo.

“En Banfield, en un momento que salí de la celda para ir al baño, me encontré en una celda de al lado con Lidia Papaleo y le comenté que hacía cinco días que no comía y me dio un pedazo de chocolate. Yo estaba con un custodio y apenas pude darle las gracias”, recordó.

Tras el interrogatorio de Gallino Daich dijo que fue “blanqueado” y que continuó su detención en el Departamento Central de Policía en Capital Federal donde compartió cautiverio con su patrón Marras, con Isidoro Graiver y otros detenidos del caso como Gustavo Caraballo, Jorge Rodríguez, y otros. También recordó que compartió cautiverio con el dueño del diario La Opinión, Jacobo Timerman.

Fue liberado en diciembre de ese año luego de que un concejo de guerra lo absolvió. Aún así, dijo que no le permitieron volver a trabajar en su profesión: “El Banco Central me trató como que nosotros habíamos sido el cordón umbilical del grupo Graiver y por eso no me dieron el permiso y no pude abrir una casa de cambio”.


Por Pablo Roesler - pabloroesler@gmail.com

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